Se trata de exponer a las células inmunológicas, que se encuentran en las capas superficiales de la piel, a algunos extractos de diferentes sustancias (ácaros de polvo, pólenes de árboles, malezas, pastos etc…) o alimentos, y si el paciente está sensibilizado, se hace una roncha en el sitio del alergeno correspondiente.
Es un procedimiento en el cual los alergólogos sabemos a qué es alérgico el paciente.
Aproximadamente desde que el paciente entra a que se va son como 50 minutos.
La recuperación es instantánea, y no requiere cuidados post procedimiento.